lunes, 20 de agosto de 2012

Maratón del Aneto (con cierto retraso...)

M-ás vale tarde que nunca-aratón del Aneto: De Sol, Tormentas, Granizo y Osos
Parece que al final, con un retraso de dos/tres semanas, me animo a escribir un breve (es un decir) relato de como me fue en la Maratón del Aneto (aviso que igual algunos detalles del recorrido me los invento, porque ya no me acuerdo de todo, pero bueno, la esencia de la experiencia está toda aquí) Al final, por unas cosas o otras, siempre acaba faltándole a uno tiempo para estas pequeñas cosas, aunque luego te acabas dando cuenta de que son excusas de mal pagador. De hecho, ahora mismo estoy en el autobús que me lleva de Bilbao a Alicante, nada menos que 11 horas de viaje, y sólo ha sido cuestión de decidir entre echarme la enésima siesta del día, o sacar el ordenador y dedicar un rato a hacer un repaso mental de la carrera. Aparte, sospecho que mi hermano está a punto de retirarme la palabra (o algo peor) si no escribo esto pronto, lo cual no negaré que contribuye a motivarme.

Pues sí, la maratón del Aneto. Cuando me apunté lo hice un poco sin pensar, era como que todo empujaba a apuntarse: mi hermano iba con Gemma y los niños a pasar la semana por cerca de Benasque, el martes era fiesta en Bizkaia, una compañera de trabajo tenía casualmente boda en Huesca el mismo sábado.. Total, que me dije a mi mismo "¿por qué no?". Claro que en aquel entonces (abril, sería) no me imaginaba yo que me iba a pasar los siguientes tres meses con una desmotivación considerable por correr: trabajo sedentario, mucho escalar pero poco correr, calor, cervezas en exceso, fiestas, y un negro etcétera fueron a desembocar en un acojone interesante en las semanas previas. A todo eso podemos sumar un par de cosas más:

     a) Que cuando me apunté no sabía que era una carrera de supervivencia, lo que quiere decir que no iba a haber avituallamientos, ni amable gente que te indique por dónde es. Además la carrera empezaría por la tarde, y perdiéndose o andando flojo, había ciertas probabilidades de llegar de noche, si llegabas. Los organizadores te exigían llevar en la mochila brújula, mapa, navaja, pastillas potabilizadoras, y toda clase de objetos que si bien iban a ser igual de útiles que un chaleco de plomo durante la carrera, a dos semanas vista solo contribuían con una pequeña dosis de pánico extra.

     b) Que en el trabajo los compañeros empezaron a tomarme el pelo, buscando en google la fauna peligrosa de los pirineos de huesca; por lo visto, no sólo tenía que tener cuidado con los lobos y los osos, sino también con los buitres, los jabalíes, y hasta una clase perros ovejeros con una pinta en las fotos de internet bastante agresiva. Otros tantos empezaban a negociar como se repartirían mi ordenador y mis cosas cuando despareciera en la montaña, mientras que otro chico del trabajo, que también corre, me saludaba cada día dándome ánimos de palabra, pero con un cierto tono de "No somos nada" en la voz, que no veas..

Total que a esas alturas, considerando mi legendaria capacidad para perderme y mi nula orientación, ya me veía yo como mínimo sentado al borde del camino de noche, con las pilas de la linterna acabándose, rodillas abrazadas, balanceándome de adelante hacia detrás, lágrimas en los ojos, mientras oía los aullidos de los lobos. Y eso si no me imaginaba tirándole mi peligroso machete suizo con hoja de 3 centimetros de longitud a un oso de tres metros, o subido a un árbol mientras los jabalíes le pegaban cabezazos al tronco para ver si me caía, y los lobos esperaban abajo pacientemente.

Por supuesto, al final de todo este desbarre mental mío no se cumplió nada, pero bueno, es un poco para ponernos en (mi) situación. Llegué a Huesca el viernes sobre las 20 de la tarde, donde me esperaba mi hermano para recogerme, y a Benasque. No sabía yo que Huesca era tan grande como para que de Huesca a Benasque haya casi dos horas de coche, pero los paisajes compensan, sobre todo cuando empiezas a conducir por esas carreteras estrechas con túneles escarbados en la roca, rodeado de montañas.  Llegamos al camping de un pueblo de al lado de Benasque, que no me acuerdo de como se llama, y nada, cena rápida, y ahí como niños pequeños a hacer la mochila para el día siguiente. Que si la frontal no me funciona, que si no hay pastillas potabilizadoras, que cuantas calorías llevas, esas cosas. Tras pasar una sorprendentemente plácida noche, sin muchos nervios ni nada, tira para Benasque, donde se da la salida, que ya nos encontramos con el resto de gente del club que va a tomar parte, es decir Rafa y Meseguer, ambos también con familia incorporada. Fuimos a por el dorsal y el mapa que te daba la organización, luego una cuidada comida de atleta a las 12.30 de la tarde, hora y media antes de la salida, consistente  en un bocata de lomo bacon con tomate, una coca-cola y un café con leche de tamaño industrial ("pagaré las consecuencias? El papel del mapa no parece muy suave..", recuerdo pensar), y camino a la salida, donde el ambientazo se puede ver por si mismo en este par de videos, si es que consigo subirlo al blog. El primero es más corto (23segs) pero el segundo mola más (45segs), es del momento justo de la salida, y se pueden ver las nubes negras estilo Mordor encima del monte, y además tengo yo un momento estrella al final del todo :)






Es curioso lo de las nubes negras, y aprovecho para hablar del tiempo, porque la verdad es que las predicciones eran un poco contradictorias, y acabamos viendo todo tipo de clima a lo largo de la carrera. Para cuando empezamos, lo que había era un solazo de muerte, eso sí. Aquí hay un perfil de la carrera, para que os hagáis una idea de como iba el tema. Los primeros 21 kilómetros de subida, los segundos 21 kilómetros de bajada por el mismísimo camino por el que habías venido.
Así de simétrico era el tema

A todo esto, quizá es el momento de comentar mi estrategia de carrera. Dado que no había entrenado prácticamente nada, el objetivo era unas 8 horas, o más en general, llegar de día a meta. Empezar entre los últimos y asegurar que ibas a llegar, y después ya, si te veías con fuerzas, pues apretar el ritmo un poco. Peeeero.. como soy un idiota, como siempre empecé a correr a toda leche, pasando a Rafa, a mi hermano, incluso creo que a Meseguer, que es como adelantar a Bolt en los 100 metros. Total, que yo ahí corriendo alegremente, sin pensar mucho; simplemente que ya que iba a sentirme como si me hubieran dado una paliza, y no iba a poder ni moverme, en algún momento en las siguientes horas, pues que cuanto más adelante me pillase ese momento, mejor. Y si era después de haber llegado al final de la primera parte, mejor que mejor.
No sé por qué la camiseta nueva se me subía que parecía Melody!

Tras unos 7 kms de carrera suave en cuesta para salir de la civilización, pasando por una presa que me acuerdo que me recordó un poco a cuando se abre la puerta de Mordor, y por eso pongo ahí abajo la foto (utilizar dos veces la palabra "Mordor" en una crónica no puede ser bueno, ya paro de frikadas), empezabas a dejar de andar por asfalto, y a andar por pistas en bosque cerrado.



Pasar un par de campings, y llegábamos a una pista de grava, donde ya se veía el valle por el que íbamos a correr hasta llegar al puerto de la picada. Paisajes preciosos, como no podía ser menos, y un entorno ideal para trotar.



A mitad de camino, pienso que si bien yo no soy muy de comer en carrera, que algo habrá que comer, así que saco una de las barritas energéticas de Gatorade, que resulta que con el calor ya se han medio deshecho, y que parece que estén fabricadas a base de alpiste y super-glue. Cómo cuestan de tragar, las malditas!

El puerto duraba tres kilómetros, en los que la situación se ponía un poco extrema. Recuerdo oir a gente diciendo que no se acababa nunca, y estar de acuerdo. Olvídate de correr, y a dar las gracias si te quedan fuerzas para dar el siguiente paso. Mi recuerdo principal es pensar que no había ninguna razón coherente para levantar la pierna y dar otro paso, pero que había que hacerlo sin pensar mucho, porque si no te venías abajo.
La subida al puerto, que no acababa nunca
En cuanto consigo llegar, rodeado de niebla que no se ni tres, me tumbo y me dispongo a descansar un buen rato, no puedo ni moverme. Pongo aquí una fotillo de la cima, que es un momento bastante carismático, porque teniendo en cuenta el perfil de la carrera, prácticamente ya doy por sentado que voy a acabar. Vale que he hecho el primer 21k en tres horas y pico, y que en algún momento tendré que pagar el precio. Pero sería muy de coward haber llegado hasta aquí arriba, y no terminar!
La cima del puerto de La Picada, no se veía un carajo
Empecé a bajar a un ritmo decente, pero a la media hora o así  ya empezó a notarse un poco que las  piernas pesaban a lo bestia. Y sin agua, que ya no me quedaba. Había que alimentarse, pero mi estómago se negaba a admitir otra asquerosa barrita energética/derretida, así que tiré de los ositos de gominola que sabiamente me había metido en la mochila, aunque en realidad sólo los cogí porque una bolsa de ésas contenía como la mitad de calorías de las que necesitaba, y ocupaba poquito. A saber las mierdas con que fabricarán eso, pero bueno, en ese momento era más importante el dolor de piernas que el dolor de arterias, así que tirando de ositos, seguí corriendo como pude, a ratos andando. Me pegué a las suelas de un tipo que andaba más o menos fuerte, me parecía a mi, y sin pensar mucho, me preparé para acabar aunque fuera por cojones orgullo. El chico éste la verdad que era el puto amo; primero porque me hizo un comentario casual, que psicológicamente me vino como anillo al dedo. Dijo: "Si hemos llegado aquí ya es imposible no terminar". Joder, de lujo, pensé yo, voy a llegar! Y antes que mi hermano, jajajaja (esto al final no pudo ser, pero bueno).
Los únicos osos que vi en la maratón
Se hace un poco largo esto ya. La cuestión es que cuando quedaban unos 10 kilómetros, empezó a caer una granizada que parecía que el mundo se acababa. Me metí debajo de un árbol para ponerme el chubasquero, y según giro la cabeza, me veo a mi hermano bajando la cuesta, con otro tío. Qué casualidad, yo que pensaba que no había andado tan lento. En fin, tampoco está mal, me pego a él, y acabo en un tiempo decente fijo, pensé. Nos hacemos una foto para pasar a la posteridad, que os pongo aquí abajo para que podáis apreciar mi cara de que tengo la situación controlada y no estoy nada cansado.

Empezaba a estar un poco muerto, ya

Aunque al principio de empezar a correr juntos, me parecía que era yo el que estaba fuerte de los dos en ese momento, porque él no paraba de quejarse cual niña pequeña, lamentablemente, después de correr unos 6kms, peté. Mi hermano quería acabar juntos, pero yo ya casi sólo podía andar, así que le dije que se pirara, y que ya nos veíamos en meta.

Hay que reconocer que los últimos 3/4 kms fueron de lo más agonizante que he hecho en mi vida. A esas alturas de una carrera tan larga, sólo le quedan a uno fuerzas para fijarse en quien está delante, e intentar mantener la distancia con él. Como por esa altura del pelotón sólo quedamos mataillos, y la imagen más que una carrera parece una manada de zombies estilo Walking Dead, no resulta muy complicado. Si además vas y le adelantas, pues mira eso que te llevas. Desde que vi el cartel de Benasque: 3kms, que uno podría pensar que debería darle ánimos para acabar de una maldita vez, no sé por qué, me dio un mega-bajón físico que ya sólo podía andar, y no muy rápido.

Pero resulta que a falta de un km y medio más o menos, giré la cabeza, y vi acercarse peligrosamente a un ritmo un poco menos lentísimo que el mío (que iba andando) a 7 u 8 de esos zombies. Aunque creía que estaba a punto de caerme al suelo de lo jodido que andaba, decidí que a mi esos no me iban a pasar, que a qué había yo corrido 40 kms para que llegaran ahora estos a adelantarme sobre la bocina. Encima como me veían mal, apretaban los muy perros. Si anda! Así que sin saber ni cómo, empecé a "correr" a un trote cochinero, que era bastante como para mantener la distancia. Y así llegué a meta, que si alguien me daba una palmada en la espalda me caía de cabeza al suelo, y llorando de dolor, pero por delante de esos 7 tíos anónimos, que es lo importante, no?

En meta sí había avituallamiento. Recuerdo comerme unas doscientas naranjas (y eso que no es la época), y recuerdo también ver un barril con caldo de pollo de la marca Aneto (que oportunos), y pensar, joder qué puto asco beberme un caldo ahora. Pero cuando acabé las existencias de naranjas de la organización, me fui a un parque que había al lado, me senté, y empecé a temblar de frío. Con eso de que no podía ni levantarme del banco, me quedé un ratito ahí, y cuando conseguí mover un poco las piernas, volví al avituallamiento, y ahí sí que cogí un par de tazas de caldo caliente, que me entraron como dios, y ya a reunirme con la family.

De vuelta al camping, un merecido reconstituyente a base de jarra helada de cerveza, y a dormir.
Pero qué bien entraba!
Como conclusión, una gran experiencia. Dice mi amigo Edu que con la mierda de entrenamiento que hago es injusto que acabe las carreras, y que ya debería llevarme algún sustito, del estilo de tener que retirarme, por capullo. Pero no sé, será que soy indestructible o algo, jajajajaja. No, en serio, me lo pasé muy bien, pero he decidido que ya vale de hacer el cabra, a partir de ahora, de momento, no pienso correr nada que tenga perspectivas de durar más de cuatro horas, lo cual reduce las posibilidades a como máximo maratón de asfalto (Martín y Edu se prometieron el uno al otro hacer la de Donosti, pero no les veo yo muy puestos con el tema. Si vais, os acompaño!), o medias maratones de montaña, que es una prueba lo bastante corta como para no exigir excesivo entrenamiento (una vez tienes un fondo de entreno ya hecho). Pero en resumen, lo dicho, una gran experiencia. Gracias por vuestra paciencia leyendo el troncho éste!

Adrián

5 comentarios:

  1. Muy grande Adrián!!!!! El cine español esta perdiendo dinero al no contratar guionistas como tu… jjjjjj

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  2. Debo reconocer que no me he leído todo el ladrillaco,tiempo al tiempo, pero solo por estar ahí y dar el callo sois unos maquinones!!! nos veremos el viernes en la quedada y os veré las espaldas mientras corremos...

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  3. Que grande Adri, no dejes estas crónicas, nos amenizas las largas veladas nocturnas de verano. Muy buenoooo

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  4. Estuve en la carrera y alguien me dió osos de estos (supongo que serías tu) y me vinieron bien para acabar, jeje. Enhorabuena por tu buena carrera

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  5. Menuda maquina estas hecho, si de verdad entrenas lo que dices, menudo potencial que se ha perdido el mundo del atletismo.

    Felicidades por el carreron!

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