martes, 8 de mayo de 2012

Erlaitz Aiako Harriak - Media Maratón de Montaña

Bueno, aquí estoy escribiendo mi primera crónica como integrante del C.D. SkyRunners (en realidad, mi primera crónica de una carrera). Esta va a tener que ser una crónica de agradecimientos, por aburridas que puedan ser este tipo de cosas. Pero no puedo evitarlo, tengo muchas cosas que agradecer! Voy a intentar ir dejándolas caer en medio de mi relato de la carrera, para que no sea muy pesado; si no lo consigo, bueno, puedes dejar de leer y sólo mirar las fotos, que también merece la pena.

Lo primero de todo, agradecer a mi hermano que me diera la oportunidad de ser parte de este club, así como al resto de los integrantes. Sé que somos (de momento) un club pequeño, pero eso de alguna forma le da un cierto encanto familiar que no tendríamos en ningún otro lugar.
Aiako Harriak: espectaculares
Como iba diciendo, ésta es mi primera crónica de una carrera, y además una carrera especial para mi. La media maratón de montaña Aiako Harriak ha sido mi primera carrera por monte. Yo siempre he sido un asfaltero, y la verdad que decidí apuntarme porque mi hermano me ha convencido para ir en julio a la maratón del Aneto. Andaba un poco acojonado por eso, y un día que llegué a casa un poco "eufórico", mire las carreras que había al mes siguiente, y dije: "Qué hostias!". A la mañana siguiente cuando vi un correo de la organización confirmando mi participación, pensé que en qué me había metido, pero ahora, dos días después de acabar la carrera, tengo que decir que ha sido un acierto absoluto, sin sombra de duda.

Empezaré por el sábado por la noche, cuando Edu, Felipe y Malen vinieron a casa a cenarse un plato de pasta conmigo; ellos me llevaban el domingo a Irún, que está a una hora y cuarto de Bilbo, para pasarse media mañana al lado de una cuesta esperando a que pasara, y darme ánimos. No hay palabras para tanto apoyo; zuek gabe, gauza hauek zentzua guztiz galtzen dute, benetan.
Edu, Malen y Felipe, no tenéis precio
Bueno, recoger el dorsal significa el primer momento en que uno se da cuenta de que la organización de esta carrera no es algo dentro de lo común. Primer detalle de calidad: llegas a la recogida, y empiezas a buscar dònde aparcar, pero no hace falta: es como el McAuto! Sin bajarnos del coche, nos preguntan el nombre, nos dan el dorsal, y nos mandan al aparcamiento. Así debería ser siempre, no? De todas formas, es darnos el dorsal y recogen el chiringuito y se piran, cosa que confirma que estamos limando muchísimo con la hora de salida, así que aparcamos donde podemos y salimos corriendo literalmente hacia la salida, mientras las primeras gotas de lluvia empiezan a amenazar amablemente con amenizar la carrera. El Euskadi tropical es lo que tiene, nunca se sabe...

En la salida me encuentro con Jing, una compañera de trabajo nueva, y con Usue, una amiga del curro que va a acompañar a su novio, Lertxun, con quien tengo la idea de correr los primeros kilómetros juntos: ninguno de los dos ha hecho nada fuera de asfalto, y supongo que ambos pensamos que yendo juntos no pareceremos tan desorientados. No le conocía antes del domingo, pero resulta que es un tío super majo, que se ríe por cualquier cosa, y con quien da gusto dar zancadas. Espero que esta no sea la última que nos veamos!
Los primeros 8 kilómetros los hacemos a buen ritmo,disfrutando del tiempo templado y la llovizna en la cara, corriendo por bosque, sin excesiva cuesta. Para no tener que recordar el perfil, me lo he dibujado con boli en el antebrazo, así que ya sé bien que la parte graciosa empieza a partir del 8:

Perfil de la carrera
En cuanto llegamos allí, después de un avituallamiento espectacular por completo y abundante (todos lo eran), empiezo por primera vez en mi vida de corredor a andar en una carrera, qué sensación más rara! Veo a Lertxun con ganas de pisarle, y le digo que se vaya, que ya le cojo luego - aunque en realidad sé que ya no le veo más hasta la meta, :) . El tío coge y sale corriendo por la cuesta! Qué máquina, se nota que tiene mucho monte pateado. Y también se nota el poco que tengo yo, lamentablemente. He descubierto que si bien en llano me defiendo decentemente, cuesta arriba y cuesta abajo me adelanta hasta una viejilla con andador!

Así que me enfrento a una carrera en solitario, cosa que tampoco me disgusta mucho. A veces estas cosas tienes que tomártelas como algo un poco íntimo para disfrutarlas a fondo, creo yo. Ignorando el dolor de unas cuantas torceduras de tobillo (ya se me pasará si sigo corriendo, pienso, qué iluso), llego a la pre-cuesta, donde está Edu ofreciéndome una manzana, glucosa o el ipod, qué grande, parecía el top-manta del corredor aquello, jajajjajaja. Empiezo a subir la que era la cuesta más empinada que había visto en mi vida; claro que aún no había visto la cuesta del kilómetro 13, que dejaría a ésta a la altura del betún, pero bueno... A mitad de cuesta aparece Felipe, diciéndome que ya no queda nada, y sube unos metros conmigo, mientras pienso, como todo corredor debe pensar alguna vez en una carrera, que quién me mandaría meterme en estos marrones. Después de preguntarle si voy el último o queda alguien por detrás de mi, saco fuerzas no-sé-de-dónde, y tiro para arriba. Al final están Jing, Usue y Malen; después de comentar que a ver si hacemos más salidas por el monte para entrenar, antes de que me exploten los cuadriceps en una de éstas, tiro para adelante. 
Unas vistas así bien valen un poco de sufrimiento

Un poco de llaneo me acerca a la cuesta definitiva, que los autóctonos han tenido a bien bautizar como Everest Tixiki. Hace honor a su nombre. Unas buenas risas me eché en ese momento: mientras nos acercábamos al mini-Everest, oigo una conversación que más o menos decía: 

"Y todavía nos queda la hija de puta de la rampa ésa!"

Esto promete. Resulta que la tal rampa aparece al girar un recodo del camino, pero unos metros antes de llegar al giro, oigo gritar desde el otro lado "Me cago en Sos!!". Vaya tela. Las imágenes hablan solas:


Sin saber ni cómo, llego arriba, en un ejercicio de algo que a ratos se acerca más a escalar que a correr, pero bueno, ya sé que todo lo que falta a partir de aquí es bajada, y pobre de mi, pienso que la bajada será más fácil. Pues no, sucede, y yo no era consciente, que cuando vas tostado, con los músculos de las piernas hinchados y los tobillos jodidos, bajar puede ser casi tan complicado como subir, quién me lo iba a decir.

Bajando lo más rápido que podía, que no era mucho
Para ir abreviando, una sucesión de kilómetros bajando por bosque precioso, a ratos sin ver a nadie detrás ni delante, todo muy místico y con la sensación de que te va a salir un duende de detrás de un árbol de un momento a otro, me llevan a avistar la meta. Pero quedaba una última sorpresa: un cuestón del quince para llegar al final. Cómo todo el mundo, llego a la base de la subida, me paro, brazos en jarras, miro hacia arriba,y digo: bueno, ya que he llegado hasta aquí... Mi mejor sonrisa de tío elegante que no ha sufrido en ningún momento y lo tiene todo controlado, y tira para arriba. Diez metros, tres, uno, y por fin! He llegado! Joder, ya era hora, he estado en carrera unas 3 horas, pero lo mejor es que ni me acuerdo de parar el crono, señal de la filosofía completamente distinta que envuelve a estos chanchullos de montaña en los que me ha metido mi hermano. Por primera vez, lo importante era llegar, y no lo que tardas. Nadie se compara con nadie, la gente se para a mitad de carrera, a charlar en los avituallamientos, a comentar la jugada, fascinante.
Sufriendo en la última cuesta (que Ana quería verme agonizar)
Como broche, la organización (les pondría un 12 sobre 10, en serio) ha montado un lunch gratis para corredores y acompañantes al lado de las duchas, con toneladas de macarrones, pizzas, tortilla de patatas, chorizo, fruta, etc. Espectacular es una palabra que se queda corta para esta gente.

Así que eso es todo de momento, siguiente cita en Segovia, 15 kilómetros de pistas forestales rodeados de pinos, espero que no haga mucho calor. Si has llegado hasta aquí, gracias a ti también por tu atención. Creo que me estoy poniendo un poco ñoño, y esto se ha alargado más de lo que esperaba, así que mejor lo voy dejando de momento...

Adrián



9 comentarios:

  1. Muy, muy guapa la crónica... y que suerte de territorio tenéis allá arriba. Estás fuerte mamoncete, no te lo dejes, que el Aneto está a la vuelta de la esquina
    Saludos y enhorabuena de nuevo por la crónica y la carrera

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  3. Buena carrera y me quedo con esto "Y todavía nos queda la hija de puta de la rampa ésa!" Un saludico.

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  4. Gran crónica Adrian y que envidia de entorno.En el Aneto no lo pasaremos en grande......

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  5. Que crack, haber si algún día salimos juntos por los montes de aquí,...

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  6. Antes de leerme el tochaco, quicir, la crónica, una pregunta.
    Por qué sois skyrunners y la pista de atletismo va sobre una pradera?
    No deberíais ser "Meadowrunners" o algo así?

    Ahí lo dejo....

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  7. Qué envidia me dais con el plan del Aneto.

    En esto de las carreras populares, ando algo por detrás de Adrián en experiencias, pero voy siguiendo su camino. Este año, después de la Behobia, daré mi salto a la montaña.

    Así que el año que viene nos veremos todos en Aia!

    Zorionak Adrián

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  9. Adrián, eres un grande. Perfecta la cronica, lo has retratado muy bien lo que ha sido la carrera. Ya me gustaría tener la pasion esta por correr... Aún que ir a verte correr no esta de todo mal. ;)

    Zorionak Txapeldun....

    Felipe

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